28 enero 2012

de: EN BRAZOS DE LA TIERRA

He nacido por fin, yo te busqué,
me guardaste en tu entraña, miel-cobijo,
madre tan solo una, amor me dijo
y contigo en tus aguas me embarqué.

Con mis ansias de vida me acerqué
a tu seno, bendito el escondrijo
que Dios entrega a la mujer y al hijo;
durante nueve lunas me quedé.

Gracias doy por cumplir con lo pactado,
llegué a ti y me amaste en el momento
en el que tu corazón y el mío, doble acento

se hicieran uno en cuerpo desdoblado
Doble latir, doble existencia, un nido.
¡Gracias por no ser carne en el olvido!

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