17 enero 2020

EL BESO


E NON SAPEVO, NO, CHE MI GUARDAVA
con quegli oche che a braci somigliavano,
che bruciavan la pelle, e non sapevo.
Seduta suya panca all hombra fresca
la conscienza perduta in altro mare,
altro tempo, altra storia.
Una goccia di pioggia si posó sulla palpebra,
levai il capo escuotendomi, guardai
devanti a me, lo vidi
   o come ladra
m impadronnii del bacio che l ària accarezzava.

    Trad:  Michele Coco

GLOSA DE PIE QUEBRADO. MADRE


Ya no brilla mariposa
sobre el brillo de su pelo.
Ya se quebró nuestro anhelo
de contemplarla, animosa.
                          I. Díez

                  MADRE

Madre se fue y la agonía
siguió en nuestro pecho herido
como si hubiera partido
a un lugar que no debía.
Sabemos bien que quería
en su vida candorosa
cortar la última rosa
de su jardín, primavera
sabiendo que en la pradera
ya no vuela mariposa.

Qué solos nos encontramos
dale Tú la bienvenida
Señor, y cierra la herida
por la que todos sangramos.
Su paso que, veneramos
será ya nuestro consuelo
y su recuerdo el anhelo
de nuestros días de luz;
qué bello aquel contraluz
sobre el brillo de su pelo.

Lentos como el caracol
pasan los días de luto
y la pena en absoluto
admite días de sol.
Tan solo con el farol
alumbramos nuestro duelo,
aquel brillo de su pelo
que antaño, le daba vida
se apagó con su partida
y se quebró nuestro anhelo.

La Vía Láctea del cielo
engendró la nueva estrella
que llegó como centella
a iluminar nuestro suelo.
Quitaremos nuestro velo
para verla, esplendorosa
cortando aquella, su rosa
en el jardín de la infancia
y adoptemos la arrogancia
de contemplarla animosa.