25 marzo 2016

SIGUE, SEMANA SANTA -VIERNES-


Para enterrarle lo bajan
sus amigos del madero.
Lacerado el cuerpo entero
y muerto ya, no le ultrajan.
Los discípulos trabajan
y lo trasladan al huerto
que tiene José, por cierto
una grande sepultura
y con toda la premura 
dejan allí el cuerpo yerto.

Ruedan la losa que cierra
la entrada a la sepultura,
todo el mundo se asegura
de custodiar lo que encierra.
Mas al ver sobre la tierra
que losa se ha levantado
el pasmo queda pintado
en los soldados incrédulos
que duermen y ahora trémulos
ven que Dios se ha evaporado.

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