15 marzo 2016

de. LA LLAMABAN LOCA


En este batallar contra la muerte
gana la espigadora.
Su guadaña y su máscara penetra
a través de los muros de palacio.
Tengo el espanto a punto, amado mío,
estoy llena de ti y no te encuentro
en esta hora sorda de canciones
que arrope nuestra música interior.
Tierna aún de tu luz
que en las noches tus besos recogía.
Tiembla mi grito herido.
No puedo verte, Hermoso, tan quebrado.
Mi cordura se rompe de repente
al pie de la almohada.
Te vas, como hoja seca
dejándome tu frío encarcelado y
no cesaré de amarte, dueño mío.
Hoy me duele el violeta de tus ojos
que tanto me han amado desnudándome
y en la retina llevan
                                     tanto rincón de mí...

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