25 agosto 2015

EL FUEGO, SÍ, ERA FUEGO, NATURALEZA, O VIDA ( Finalista en Villanueva de la Cañada)



El fuego que hoy siento
es el fuego que somos,
es el que se nos da.
Se nos dio una mañana suavemente entre hogueras
que en círculos concéntricos
dibujaba otros rostros.

No supimos
si todo fue locura nuestra
o desvío de alguna selva onírica.
Las brujas ¿eran brujas?,
o tal vez fueron dioses desordenados, idos.
Corazones latían como mares de pájaros
o peces que volaban en el aire encantado.
El fuego, sí, era fuego, naturaleza, o vida,
esa zarpa dispuesta que serpentea, arrasa,
allá, desde su altura
pues que se sabe virgen o milagro
en actitud de entrega.
Y lo supinos tarde
cuando juntos, prendidos
descubrimos entre la esfinge nuestro caos,
nuestro rotundo mineral.

Oh fuego, majestuoso, libre,
música seca que engulles cuanto alcanzas
en todas direcciones y mandas, vertical.
Todavía
has de venir con tono grave
a rodear con brazos sapientísimos
un mundo
cuyos cimientos ya se resquebrajan.
                                       Mas nosotros
no tenemos capacidad de sacrificio
y nos mantiene
este profundo afán de sementera.
Déjanos
                    al menos una linde
para los tontos,
                    los pobres,
                     o los místicos
que ya sabemos del sudor de nuestro pecho
y el humo nos asfixia de tan cerca.
Déjanos escapar de aquella madrugada
cuando teníamos el pelo
de tan moreno, azul.

Aún llevamos en nuestras células tu estirpe.
Sólo cabe esperar
la lógica
de este reloj ardiente que es el hombre
y sepa darle marcha, atrás
en el momento exacto de toda conclusión.

Más, si me llamas...

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