24 junio 2011

SOL ANTIGUO

A Enrique Loinaz

Tan milagrosamente me llegaste,
tan milagro
de esos que raramente me acontecen...
Tus versos
de amor y de vino traspasados
que venían a ti con altos vuelos
de la noche, eternas madrugadas
que rompían al sol con voz sincera.
Fue Sol quizás que te asustara
o fuiste tú, candidez, quien le escondiera
de esos ojos atónitos de encuentro
con la divinidad.
Al fin le diste al mundo lo aprendido
por tantas primaveras encerrado.
Esas noches desiertas, esos sueños
gemelos a mis sueños, cuando la luna abraza.

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