20 diciembre 2010

ATARDECE EN EL VALLE

La tarde se desprende de los robles,
sentimos la frescura
del sol que ya desnudo se amohina.
Los pasos nos envuelven soñolientos
mientras en el camino
se encienden las luciérnagas que, ahora
hermanas luz,
nos velan como lámparas dispersas en la anoche.

Tengo el silencio entre las manos.
La carne me cabalga despaciosa
y voy sintiendo frío entre los hombros.
Un deseo de ti, suavemente me crece
y va llenando el hueco que se didlata dentro.
Eres
proyecto de jardín prendido en la memoria,
agua manando a ciegas,
laberinto
donde mis ojos pierden la inocencia.
Tu recuerdo me va quemando el centro
y la noche se acerca presurosa.
Tiendo mis dedos para tocar tu eclipse.
Me turbo. Te me escapas...
Y de nuevo estoy sola
refrescando mis ansias con la brisa.

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