18 octubre 2010

HA NACIDO EL OTOÑO

Hoy el cielo se viste de negrura
y la pálida luna no se ve.
Hoy, acabo de desatar la infancia
y se enturbian mis ojos a su luz.
En la orilla del tiempo ya dejé
los carros y caballos
que hasta aquí me trajeron.
Yo fui la desterrada, el náufrago
agarrada a una tabla salvadora
que alguien dejó escondida
entre los juncos más originales.
A veces se enredaban mis pies
entre las verdes algas
y el camino se entrecortaba perezoso.
Más un día llegó
de cálido verano y de palabras
y un sol antiguo me enseñó sus verbos:
segar, oler a flores nuevas, cantar viejo de pájaros,
amar, amar, amar,
apoyar la cabeza, vivir con los recuerdos.
Y mirar a la luna. Comprenderla.

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