23 febrero 2010

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ

DE NANAS Y SOLDADOS

De pastor empezaste en la cañada
con tus rimas, cual silbo vulnerado
ignorando el final que te esperaba,
que un hombre sólo sabe del pasado.

Aprendiste de nanas y soldados,
de hambre, de locura y de poesía
y andabas con tus versos al costado
lejos, en la trinchera, muda y fría.

Un amor te esperaba y a tu hijo
acunabas dolor en los papeles
y ese amor, y esa madre en su cobijo,
la cebolla trocaba en cascabeles.

Te esperábamos todos, más no pudo
el destino fatal torcer su espada,
te quedaste, Miguel, y España anduvo
con su camisa yerma, desgajada.

No te inquietes, soldado, tu palabra
queda escrita en las venas de la historia
y poetas que somos, nuestra entraña
te ha esculpido por siempre en la memoria.

No hay comentarios: