06 febrero 2017

NO SON DÍAS DE PAZ


No son días de paz ni de laúdes viejos.
Son días de cuchillo, de sombra y finitud.
Es la lucha, el deseo de vivirme
sin mirar hacia atrás, ni hacia la culpa
y que el grito no llegue a hacerse eco.

Cuando pesa el dolor estamos solos.
Solo vive el que gana y se queda en la orilla,
no se mezcla en las olas ni en la arena,
y se acuesta, se duerme y se levanta
satisfecho de no haber disociado
su carne de su alma
                                        ni siquiera entre sueños.
Pero Tú y yo, que somos dos gemidos
que de dentro hacia fuera se desatan
no queremos hundirnos ni vengarnos.

No se hizo la sed para beberla
ni se hicieron las luces para el ciego.

Lentamente, levanto la ventana
entra la brisa, el mar y, en su bravura
me envuelve, me agigante y amoroso
me cubre. Me descubre un paraíso

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