CON RESPUESTA DE ISABEL DIEZ SERRANO
Del universo nos llama
un gran pájaro de fuego
que se nos presenta luego
vestido en luz oriflama.
Fredo Arias
Ya va para quince años
que el gran pájaro picó
pero al picar me cantó
que subiría peldaños.
Y es cierto que los rebaños
me envían un cablegrama
mientras me subo a una rama
para alcanzar bien el cielo
porque la luz y el anhelo
del universo nos llama.
Tanto subía y bajé
por contar lo que allí vi
que ni yo misma creí
lo que allí atrás me dejé.
Mas no por eso --pensé--
el que subía era el ego,
pues nunca verás, si ciego
viajas por la estratosfera;
lo que allí vi amigos, era
un gran pájaro de fuego.
Me asusté mucho, seguro
y no lo puedes creer,
hasta quieres esconder
tu rostro para el futuro.
Mas desde entonces yo auguro
un largo y dúctil sosiego,
un gran amor, un apego
a la energía de Dios
multiplicada por dos
que se nos presenta luego.
Y es que la luz intervino
durante todo el proceso,
quizás también fue por eso
que me agarré a aquel camino.
Sobre la copa de un pino
donde el alma se encarama
pude sentir fuego, llama...
El pájaro me sedujo,
me incendió y se introdujo
vestido en luz oriflama.
Isaebel Díez
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