04 enero 2013

ENERO. PASEO DE ROBLES

Hoy andaban los robles con su pelaje gris.
Iban de gris, sin nada que abrigara su piel opalescente.
Despojados de sedas que besaran sus hombros al roce de la brisa
subían y bajaban orillando el camino.
Su desnudez no era pórtico de la muerte,
sólo un tránsito,
un anuncio del sacrificio de la hoguera
que nos dejó en la boca un verano selvático.

Cuando la nieve enfríe, si es que llega
su corazón, su rostro, sus brazos alargados
pensaré que no es nada, que sobrevivirán
y veremos su  altura coronada de besos
cuando despierte el tiempo y vuelvan las abejas,
con la huella prendida y la lágrima oculta
a laborar romero para endulzar los labios.

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