porque soñamos hasta despertar.
Despertar de vivir, de desear
la ilusión, ya que el mundo es tan pequeño.
Y si la vida quemas como leño
que arde y su fin es calentar.
Si el amor armoniza tu cantar,
armonizas al otro y a su dueño.
Los sueños, sueños son, pero el vivir
en este mundo cruel y desvalido
hacen que te despiertes con el ruido
de los hombres, su llanto, su fruición.
Y de tal suerte somos, como estamos
porque somos, tal vez lo que soñamos.
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