Venimos de tan lejos, de tan hondo...
Por senderos de varias cicatrices
dejamos los jirones enlazados
y ríos caudalosos van buscando la escoria
que habitó nuestras manos.
La tristeza,
mujer que nos visita
se hizo dueña de noches
y en su faz descubrimos
el valor de las lágrimas.
Publicado en AGUAMARINA -Leioa-Vizcaya-
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