09 noviembre 2010

EL ESTANQUE

Y todo se nos llena de canciones proféticas.
Tú y yo las descubrimos y sabemos su curso.
Los tímpanos se abren a lo desconocido,
hay en todo un misterio, un ala azul…
El espíritu emite sus blancores de ondas
y en la quietud, la brisa
ondea en el estanque de Felipe II
mientras el agua remansada da comienzo
a una danza invisible y sonorosa.
Allí, las claridades de la luna
se bañan como sílfides en la lírica almohada.
Atrapamos silencios de su fondo
y el agua se adormece con la canción de cuna.

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