11 septiembre 2010

RECORDANDO EL 11 S 11-9-2001

Dos pájaros de fuego
sacudieron al mundo con sus alas
--imperio destronado en su misma raíz--
Víctimas inocentes
como flores marchitas, escombradas.
De qué nos servirá tanta experiencia
tanta memoria
del paleocortex,
tanto rezar a Dios si así estrenamos
el siglo XXI. Y hablamos del Amor
mientras la sangre hierve enardecida
ante tanta barbarie, tanta escoria
de unos malditos, fragmentados
hijos de la Gran...
que habitan los suburbios de la vida
sangrando, siempre hay sangre caliente donde pisan.

Acaso Dios se está muriendo ya?
Acaso ya murió?
Pero no, que hoy su luz ciega mis ojos;
son abortos del cosmos que cayeron
sin amor, sin patria, sin raíces
como bocas de lobo en la profundidad del mar,
como árboles secos, ya talados
por la ausencia total de la conciencia.
Hoy, eleva el mundo su oración,
una fúnebre oración por los caídos,
por los que sufren, por los que no perdonan.
Curemos nuestras manos,
sus llagas nuestras llagas, su polvo nuestro polvo,
su trampa nuestra trampa.
Como tigres salvajes enarbolamos dientes,
plegarias y misiles que el alma nos alienta,
nos dicta el corazón: Señor ¿la otra mejilla?

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