10 abril 2020

SEMANA SANTA LA PASIÓN II PARTE

                  I
Para enterrarle lo bajan
sus amigos del madero.
Lacerado el cuerpo entero
y muerto ya, no le ultrajan.
Los discípulos trabajan 
y lo trasladan al huerto
que tiene José --por cierto,
una grande sepultura--
y con toda la premura
se llevan el cuerpo yerto.

                 II
Ruedan la losa que cierra
la entrada a la sepultura,
todo el mundo se asegura
de custodiar lo que encierra.
Mas al ver sobre la tierra
que losa se ha levantado,
el pasmo quedó pintado
en los soldados incrédulos
que durmieron y ahora trémulos
ven que Dios se ha evaporado.

                 III
María la Magdalena
ve un fulgor que le confunde
ya que la llama y le infunde
que no ha de tener más pena.
--Soy yo, mujer, mi cadena
hoy mismo la desaté.
Ve y dilo, apresúrate:
¡Jesús ha resucitado!, 
por mí no tengan cuidado
que ya todo adelanté-.

                IV
Su madre también lo sabe,
¡Ha resucitado el Hijo!
para María fue fijo
porque le entregó la clave.
Jesús tenía la llave 
con ensangrentado pelo,
con ardor y con anhelo
y como fiel peregrino
encontró bien el camino
y abrió las puertas del cielo.

               V
Pero Jesús se aparece
en la sala y a los once
siendo Tomás puro bronce
al Mesías apetece
tocar su llaga y parece
que así cree en la aparición.
--¡Es cierto, resurrección
de Jesús, como nos dijo!
¡Dios, en verdad es tu Hijo
y murió en crucifixión!-

              VI
Cantan un Ave María
los pájaros en su vuelo
al ver que por todo el cielo
hay Amor y algarabía.
Los ángeles, fantasía,
tocan su trompeta azul,
las hojas del abedul
tocan al son de campanas
que, locamente tempranas
 cantan con su bronce tul.

Las estrellas enceguecen,
ha llegado el rey del cielo
que por amor, bajó al suelo
donde los hombres perecen.
Mas, como "quien es" le ofrecen
su trono al lado derecho
del Padre, que con su pecho
acoge a tan alto Hijo
y allí, dándole cobijo
la Eternidad es su lecho.

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