Eres cascada con festón de seda
que acaricia los trémulos veleros
de mi imaginación lunar y, todavía...
Eres, amor, tan frágil, quebradiza o finges
una debilidad que te extorsiona a ratos,
mientras la brisa acaricia los momentos
de nuestro encuentro matinal y a veces
me confunde tu señorial orgullo, poderío
de un tiempo en que ausentó la nieve
o equivocó de fecha las aceras.
No es normal, me repite mi acento,
no es normal el temblor de ser tan juntas.
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