11 abril 2013

NUESTROS DÍAS (De: La Pasión y nuestros días)

              I

Ya no llora el mundo el día
que Dios fue crucificado,
por nuestras culpas clavado,
traspasado por jauría.
Y la gente no entendía
el fin porque fue a la cruz,
siendo su rostro la luz
inmortal para el cristiano
¡que el mundo se vuelva plano
si no hace suyo el trasluz!


II

Y las matanzas persiguen
al hombre de nuestros días,
las noches y, tan baldías
aplacarlas no consiguen.
Hasta que no se castiguen
para el terror acabar,
no podremos caminar
tranquilamente en las calles,
ríos, montañas o valles
sin podernos abrazar.

III

El espíritu es el fuerte
y débil la carne es
que el hombre actúa al revés
de lo que depara suerte.
Y si no enseña la muerte
que somos polvo y ceniza,
el corazón, hecho triza
sabe más del ser humano
pues has de saber, hermano
que el Amor, nos eterniza.

IV

Atocha ya no es lo mismo,
es un blanco cementerio;
la vida que es un misterio
es también un espejismo.
Fue tan fuerte el cataclismo,
tantos hombres cercenados
con futuros, con pasados
que el corazón aún nos duele.
Y pobre del que no anhele
ver a los buitres colgados.

V

Mas pasión es perdonar
porque Dios así lo quiso.
Hizo bien con el aviso
ya que puede abandonar
el hombre y solucionar
sus cuitas con saboteos
y entre tantos forcejeos
unos y otros guerreando:
el Amor sigue esperando
pues ganarás "bombardeos".

VI

Fuerteventura es el fuerte
donde los isleños aman
que en Tuineje se amalgaman
para entender bien la muerte.
Ellos saben que su suerte
puesta está en naturaleza
y nunca tienen pereza
de cuidar su tierra, el mar.
Con décimas al cantar
añaden arte y nobleza.

VII

En Tuineje y en Madrid
igual que en el mundo entero
el amor es lo primero
que puede salvar la vid.
Es tan terrible el ardid
que la sangre derramada
ha sido desventurada
suerte de unos pobres hombres.
Y no nos importen nombres
sino su carne abrasada.

VIII

Si en cada pueblo o nación
el hombre vuelve a olvidar,
aún tendremos que penar
y con mucha precisión.
Llevada la procesión
por todos los fervorosos
nos sentimos engañosos
porque les damos de lado.
Cómo secar su costado
si en Amor, somos roñosos.

IX

Y el Escorial bien lo intuye:
El Amor es lo que vale,
que el árbol  no se nos tale
porque la vida, concluye.
No corre más el que huye,
el que no ofrece sus brazos
terminará hecho pedazos
en la ladera del monte
y solo, sin horizonte
reclamará los abrazos.

X

Y si amásemos a todos
como Él nos dejó dicho
no acabarían en nicho
nuestros miedos, nuestros lodos.
Hay mil caminos y modos
de lavar nuestros pecados,
que habiéndonos perdonado
en una muerte de cruz
nos atraviesa su luz
con su Amor entronizado

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