Ya casi no recuerdo
si el atardecer tiene nombre,
si hay noviembres o junios
en las propias estrellas.
Sólo sé de una luz que derretía el barro.
No recuerdo
si tenía algún signo para reconocerme
o solo fue prestado,
si alguna vez amé,
este estar y no estar
este irse y no irse de palomas.
Ya casi no recuerdo
la senda que me trajo de la Colina al Río,
ni recuerdo tampoco
el nombre ni el rostro de mi padre.
Editorial Creación --Casa del Libro, Madrid.