22 abril 2010

AL GRAN UNIVERSAL -MIGUEL DE CERVANTES-

Perderse en la locura,
perderse en el camino del diario vivir...
Libros de caballeros y caballos,
soledad enquistada que da rienda
a la imaginación más lunar y todavía
eleva riendas por derramada sangre.
Danza sobre las piedras que da al traste
con todo lo anterior establecido.
Caballero andador y, caminante
que quita y da nobleza y, milagroso
ofrece sándalo encendido
a la mujer más virtuosa
que el cielo entrega en íntimo arrebato.
Sol de mediodía
sobrevuela los tolmos de Castilla
y a lomos de un caballo se dirige
el insigne Quijote, señor de la besana
con cristales de estrella entre los ojos
fruncidos de soñar bajo las copas
de árboles antiguos y enraizados,
en celo con la tierra que les diera la vida.

Soñar, ah Don Quijote, si los sueños
son esa espada a punto que desboca
o son sólo caballos de la mente
que se comen los lobos de la historia.
La historia se repite, los lobos se renuevan
cumplen, los mismos asquerosos golpes sucios
tal una alcantarilla mal peinada.
Corazón y palabras, arterias, avenidas
de espigas y amapolas que se rompen
por todos los rincones de Castilla
cuando nos habla próximo el verano.
Mujeres tan hermosas como orquídeas
con ojos bien abiertos que no entienden
hablar de caballeros porque nunca tuvieron
siquiera una voz tibia en los días de lluvia.
Hermosa voz, de ruiseñores voz, voz de espejismo
que no locura cuando dicta sentencias
que a todos nos atañe y desbarata.

Perderse en la locura
perderse en el diario...perderse
para decir verdades que hasta los mismos pájaros
se ausentan porque estallan sus oídos.
Oídos sordos de los hombres, siempre
será lo mismo, el mismo aprendizaje,
la misma muerte que al final se lleva
la cuenta regresiva hasta el origen
y vuelta, vuelta a empezar.

Locura y sueños quizás vayan unidos.
Las hadas nos elevan, nos distraen
del horror de las guerras, del dolor de las víctimas,
caballeros andantes que derraman
su sangre con la pluma con hambre de justicia.
Gigantes o molinos, Ah Quijano
bendita la locura que Cervantes otorga
al gran protagonista Universal;
después de cuatro siglos anda hoy por las calles
y crece, crece, crece como crecen los móviles
en la unión familiar.
Poetas, literatos, uniendo voz y signos
para hacer homenaje a un hombre bueno
que dedicó a escribir tan bella obra
gran parte de su vida y, casi muere
de hambre, de dolor y encadenado.
Decid, amigos míos, locos todos,
con la envidia y el hacha y el mal que nos posee
¿estamos todos locos? ¿cuerdos quizás?

Perderse en la locura, perderse en el camino
perderse... El diario vivir...
cuando el hombre aún lanza sus misiles
inútil bombardeo, los fusiles inútiles,
lágrimas de metralla humedecen desiertos,
los niños maman sangre, se tornan asesinos
de los padres, hermanos, amigos del Colegio
y vomitan palabras, palabras asesinas;
no saben de los bosques de naranjos,
de ventas ni venteros
de molinos de viento o Dulcineas,
Bachilleres ni Hidalgos caballeros.
Como buitres se crían, se visten con la túnica del vino,
se suben a la cresta de la ola sin distinguir el mal...
Decidme amigos míos, locos todos:
Perderse en la locura, perderse en el camino
perderse en la Poesía....
Estar hoy con Quijano, con Cervantes
¿No es esto un gran milagro?



Autora: Isabel Díez Serrano. El Escorial (España)
corre-el: isabeldserrano@oriflama.es
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