29 septiembre 2016

TIEMPO DE MORAS


Son negros los zarzales que levantan su voz
bajo la página amarilla de la tarde.
Degusto la dulzura que me ofrecen
mientras mis ojos
                             con quietud de lago
acarician la fresca arboladura,
el límite ignorado del paisaje.
Una gota de lluvia juguetea,
              no es nada
se queda entre mis manos y me hace
pensar que ya el verano se nos muere.
Cuando una puerta cierra otra se abre
y la luna no deja de besarnos.
Acepto el reto de las voces nuevas.
Todas las voces, todas las fragancias
vienen ya galopando
montadas en las crines de la noche, 
los dorados pámpanos del sueño
vendrán a suavizar los labios
como este rico fruto que el camino me ofrece
y me veré arropada
bajo la transparencia turbia de a seda
de algunos viejos robles,
mientras duermen
y con placer reciben los celestes fuegos.

13 septiembre 2016

ATARDEDE EN EL VALLE


La tarde se desprende de los robles,
sentimos la frescura
del sol que ya desnudo se amohína.
Los pasos nos envuelven soñolientos
mientras en el camino
se encienden las luciérnagas, que ahora
hermanas luz
nos velan como lámparas dispersas de la noche.

Tengo el silencio entre las manos.
La carne me cabalga despaciosa
y voy sintiendo frío entre los hombros.
Un deseo de ti suavemente me crece
y va llenando el hueco que se dilata dentro.

                              Eres
proyecto de jardín prendido en la memoria,
agua manando a ciegas,
                                      laberinto
donde mis ojos pierden su inocencia.
Tu recuerdo me va quemando el centro
y la noche se acerca presurosa.
Tiendo mis dedos para tocar tu eclipse.
Me turbo. Te me escapas. Y de nuevo estoy sola
                                                           refrescando
mis ansias con la brisa.

12 septiembre 2016

DESDE EL LÍRICO CUENCO DE MI VOZ


La nieve ha sido hoy clara y sombría,
huele tan limpio al bordear la casa
que mi pequeño paso tiembla y pasa
por miedo a resbalar ¡fácil sería!

Subir la cumbre bien me gustaría
mas los años, el músculo rebasa
y quiero conservar  pequeña brasa
y voltear los pasos en la umbría.

Celoso voy de blanca arquitectura,
 la torre y la campana ya han sonado
y celebran a fiesta al mediodía:

el ángelus que, lleno de blancura
con la nieve tan pura en el costado,
nos invita al Primer Avemaría.